martes, 17 de maio de 2011

¡Democracia real ya!


Muchas veces quisiéramos estar callados pero el silencio cuando hay algo que decir es idiotez. Tratemos de no ser idiotas.

Y algo de esa idiotez debe estar permeando la sociedad actual cuyas personas ante la avalancha de información lúdica y superflua de los medios, no tiene tiempo para la reflexión sobre los asuntos que son importantes y que definirán su porvenir, su bienestar y su vida. Sus cerebros atiborrados de información superflua pasean a la mente con fulgurante rapidez de una noticia a otra sin tiempo para el análisis de su trascendencia, Quedan así la persona en un estado de embotamiento bastante parecido a la catatonia.

Y esa sociedad así embotada, no ha sido capaz de comprometerse desde sus inicios con una crisis que le asfixia y de la cual ella no es responsable. Pero sí hay responsables de la desdicha de casi cinco millones de parados en España y hay que señalarlos, descubrirlos y tocarlos en su propia carne a fin que no crean que vuelven a salir indemnes. Eso afortunadamente es lo que ha pasado el pasado Domingo 15 de Mayo cuando el movimiento social conformado en su mayoría por los llamados jóvenes SIN (sin curro-sin techo-sin futuro). Ellos los más maltratados por la crisis decidieron alzarse y decir ¡Basta!, señalando en sus pancartas: “No a banqueros”, “No a Políticos”, “No a la guerra” y “¡Democracia real, ya!”.
Tal identificación por  los SIN, de los causantes de la actual crisis en su calidad de responsables directos, indirectos o simplemente apoyadores del desastre recordó las protestas también de jóvenes en Grecia, en Portugal, en Finlandia, y se asocia por casualidad con la llamada Primavera de los países árabes que traducidas son protestas permanentes, pacificas la mayoría, y exigentes de un cambio de formas de gobierno en dichos países. La Sociedad Europea no podía quedarse sonriendo desde su ventana y dejar pasar éste momento crucial en el cual posiblemente se este jugando la penúltima opción de terminar con ese capitalismo desfalleciente y decadente que da sus últimos coletazos con la fortaleza de quien se ahoga en un mar de aguas agitadas.

Europa, esa que se presentaba claramente hasta antes de la guerra de Irak como la posibilidad humanizada del cambio hacia sociedades distintas, llenas de bienestar y de justicia social; con una gran clase media; ha perdido su brújula humanista y se dejo embarcar por temor  a la ira de Bush y USA, ingresando con ellos al perverso club de las guerras eternas contra enemigos ubicuos y contra otras culturas o formas de concebir el mundo.

Es preciso que los jóvenes que iniciaron su reclamo de una Democracia verdadera, sigan sus marchas y no claudiquen ante la represión que a la final les vendrá encima como sucede siempre y hagan un llamado a esta sociedad autista que debería sumarse en su totalidad a la protesta; porque ésta Crisis  toca a todos los desposeídos de ésta tierra. Protestas pacificas a fin de no ser señalados de terroristas, pero con la suficiente claridad, firmeza, alegría  y vehemencia, porque la hora de la Indignación se ha iniciado.

Las nuevas tecnologías que los jóvenes dominan mejor que sus mayores es sin duda un arma eficaz que ha permitido  aglutinar a las personas alrededor de reivindicaciones sociales que no pueden perderse porque costó muchos esfuerzos y vidas alcanzarlas después de la segunda guerra mundial. No ha sido un bienestar gratuito, ni regalado, el bienestar alcanzado en Europa. Ha sido logrado gracias al tesón de sus ciudadanos de los eternos productores de riqueza: sus trabajadores. Ellos pudieron sobreponerse  a la guerra, también hoy serán capaces de vencer a quienes intentan con mentiras y publicidad hacer creer que la crisis es un ente abstracto que no tiene responsables ni respuestas. Sí tienen.

Bienvenida esa posible nueva democracia que se gesta y a otras formas de realizar la política sin las maniobras truculentas de apoyo a financieros, quienes ya empezarán  a sentir que no todo mal pasará siempre inadvertido.

Ya era hora y momento. Y las elecciones que se avecinan mostraran cuanto caudal son capaces de tener aun las viejas formas de la vieja política y cuanto caudal el de las nuevas.

Sin curro, sin techo, sin futuro.



O Barco de Valdeorras 16052011

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