domingo, 19 de xuño de 2011

Puertas cerradas

A la sociedad que sufre las consecuencias de la actual crisis se le vienen cerrando los espacios que puedan por vías consideradas pacificas resolver su precaria situación, reflejada en: falta de empleo, imposibilidad de llegar a fin de mes, perdida de la vivienda, encarecimiento de servicios básicos, recortes salariales a trabajadores, cierre de pequeñas y medianas empresas, más guerras improductivas como lastre.

Este estado actual de cosas dado en llamarse Democracia en lo político y capitalismo neoliberal en la económico no encuentra aun la respuesta adecuada a una crisis que va para largo y que se viene depositando todo su peso progresivamente sobre los hombros de la clase trabajadora sin que a ella se le permita participar como actor protagónico en la resolución del problema y se le vea como un convidado de piedra a quien hay que resolverle todos los conflictos sin su participación u opinión activa.

Sus representantes políticos vienen fallándole a esa sociedad trabajadora ya que sus decisiones se vienen ubicando al lado del mercado y del poder financiero, olvidándose del referente primario que los eligió y a quien se debe. Sus decisiones a través del congreso no atinan para remediar los males y han preferido embarcarse en su discusión partidista eterna y en sus decisiones a favor de un mayor recorte de beneficios sociales y laborales no así en recortes a actores de la banca ni a ellos mismos en la política.

En lo económico la economía se tergiversó y la ley de la oferta y la demanda desapareció de los mercados para dar paso a la autorregulación de ellos sin control político alguno y definiendo ahora la economía las decisiones políticas que afectarán a la sociedad. Las bolsas definen el rumbo de lo económico e imponen sus decisiones sobre la economía y política de los estados. La banca falló con negociados que crearon la actual crisis y sigue siendo la mayor beneficiaria de esa misma crisis y aun no goza de un adecuado control estatal, amen de inmensos ingresos para sus altos cargos.

En lo militar se viene participando con miles de soldados en guerras lejanas e injustificadas o justificadas a última hora con resultados pírricos y con violencia extrema sobre pueblos extremadamente débiles. El gasto militar diario de todos esos contingentes en tierras de otros  cuesta demasiado, y  sin embargo se decora o no se muestra como parte del derroche que contribuye a formar la crisis actual; queda en un telón de fondo que se prefiere invisibilizar.


Así las cosas: lo político, lo económico, lo militar, no se muestran como actores capaces de mejorar la situación o resolverla y en virtud de esas carencias vienen saliendo las fuerzas sociales a las calles a levantar su voz y a señalar responsabilidades y necesidades, a mostrar su camino a seguir ya que las fallas de los otros actores las han echado a un lado, olvidándose que siempre ha sido su protagonista principal. El sistema en ultimas ha hecho crisis, el barco ha hecho agua y es preciso que el timonel social participe y redirija la nave hacia un puerto distinto al actual en aras de su seguridad y supervivencia bajo otro sistema más predictivo y benéfico que el actual desmoronándose.

Los movimientos sociales de protesta en Grecia,  Portugal,  Islandia,  Irlanda y aquí en España se enfrentan ante quienes ellos mismos eligieron como sus representantes para que fuesen sus voceros y mantuviesen el estado de bienestar en Europa que tantos esfuerzos sociales hubieron permitido construir. Esa sociedad que protesta, presenta su respuesta a la situación pero es desoída, malpensada, tergiversada y puesta por los medios como transgresora, violenta. Así se quiere desconocer su poder del cual se vienen apropiando los actores secundarios para su beneficio y olvidáronse de la tarea encomendada. La fuerza de la protesta se acalla con las fuerzas de la represión y la tergiversación mediática. Un movimiento de protesta, el 15M, viene siendo desprestigiado por los medios ya se comporte pacíficamente o ya confronte con insultos y escupitajos a quienes piden auxilio para que las llamadas fuerzas del orden policial acuda presta con garrotes, esas sí a repartir violencia de verdad a diestra y siniestra sobre los cuerpos desprotegidos de los manifestantes en Barcelona, en Madrid o donde sea. No se puede comparar la violencia de los manifestantes con la violencia policial ya que el uso de la fuerza es comparativo a la desproporción eterna entre David y Goliat, entre Palestinos e Israelíes, aunque  igualmente la justifiquen.

Así, los movimientos sociales que salen a la palestra buscan su participación en la resolución favorable de la crisis y se requiere que esa liberación de energía social se traduzca en la búsqueda y consecución del nuevo estado social que redefina al sistema que se deslíe ante sus ojos y encuentre para sí la nueva forma, el nuevo o renovado sistema que sea propicio para la convivencia pacifica de todas las fuerzas que se debaten en su interior. Pero un nuevo estado de cosas como cualquier cuerpo físico necesita, repito, liberar energía y encontrar a través de esa liberación un nuevo estado de reposo con mayor estabilidad o sea mayor beneficio para todos, no solo para unos pocos.

Pero si las fuerzas llamadas del orden o bien las fuerzas represivas se enfrentan con vehemencia en la defensa del sistema que desfallece, entonces inevitablemente algo de violencia aparecerá y aunque ello no sea benéfico podría ser imposible de detener. Es por ello que tanto los defensores del sistema como los se le enfrentan deban con cuidado medir sus fuerzas y definir ojala políticamente el nuevo estado de cosas, el nuevo sistema correlativo de beneficios a las distintas fuerzas sociales que lo componen. En la situación actual pareciera imposible lograr un cambio real si solo con la voz se pretenda ser escuchado, ya que el interlocutor ha hecho oídos sordos y vista gorda a las fuerzas sociales que vienen sufriendo los embates de la actual crisis.

Amanecerá y veremos dijo Pabla.

O Barco de Valdeorras. España.19062011.

TAGS. Política, economía, militar, 15M, cambio, Grecia, España, crisis.


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