Las elecciones en Francia en éste momento histórico
plantean posiblemente una respuesta nueva a la crisis actual que tiene que ser
entendida desde la perspectiva de una crisis del sistema económico neoliberal.
Frente a la respuesta restrictiva a la crisis
con recortes sociales sin medida y destrucción de la estructura social de
bienestar y de la empresa estatal; se viene abriendo campo una respuesta
diferente a la preconizada desde el poder financiero y defendida por el BCE en
la UE. La nueva respuesta trata de romper con la obsesión de una respuesta
única para todos los países y muestra alternativas a la respuesta hasta ahora
aplicada y sin éxito de la restricción, disminuyendo el gasto publico e
imponiendo un déficit publico no mayor del 3% del PIB a todos y cada país. Tal política
económica nacida desde las entrañas del capitalismo financiero hasta ahora ha
sido contradicha por muy pocos países pero como Islandia viene mostrando que es
posible doblegar a la crisis por otras vías aunque no ortodoxas e impuestas.
La respuesta en la política francesa a la
crisis es tomada por cada uno de los candidatos como una bandera actualizada
que se adhiere a lo que se viene proponiendo o se aleja de ello. Así cada
posición política queda retratada como pro
restrictiva o no.
Hollande el candidato del Socialismo francés
quien puntea en las encuestas propone lo que ya Rubalcaba propuso en España y
que consiste en mirar los plazos y mirar el limite del déficit desde otra
perspectiva que tenga en cuenta el estado económico de cada país en particular.
A su vez esta idea completada por Hollande en el sentido que hay que revisar el
ultimo acuerdo hecho por Francia y el Pacto Fiscal europeo, posiblemente para
echarlo hacia atrás y meter en baza que se privilegie la producción y no solo
la restricción económica ya que no se ve la primera por ninguna parte en las medidas aplicadas
hasta ahora, las cuales básicamente han golpeado a trabajadores y funcionarios
comprometiendo el estado de bienestar y el empleo .Anótese que en parte Sarkozy
ha virado hacia una visión similar a la de Hollande en este aspecto a fin de
acomodar su candidatura a los vaivenes de las encuestas.
Francia con Sarkozy ha venido jugando a una política
intimidatoria de la inmigración que muestra al inmigrante como un factor
desestabilizador social y le carga de culpas a fin que sea el chivo expiatorio
que aglutine alrededor de una idea xenófoba que cala mucho entre algunos ciudadanos en estas horas de crisis y similar juego
avanza por toda la Unión, de allí que el flujo migratorio como se ve hoy, se
devuelve hacia otros países.
Por los lados de la ultraderecha xenófoba, Marine
le Pen se juega un tercer puesto electoral con el candidato del Frente de
Izquierda, Mélenchon, quien se ha convertido en el fenómeno político de estas
elecciones francesas ya que con un discurso agresivo y nostálgico ha logrado
hacer que suban sus cifras de de un 5% hasta un 15% actual y éste hijo de
española y Marroquí, nacido en el Marruecos Francés en 1951 aboga por le
recuperación de la justicia social y propone entre otras que los prestamos del
BCE se concedan a los estados y no a los bancos, y en lo laboral promete un
aumento a 1700 euros del salario mínimo francés. Así Mélenchon viene
aglutinando al verdadero pensamiento de izquierda desde la recuperación de su
esencia en lo social. Mélenchon hace recordar que los millones de euros dados a
la banca privada no han servido para recuperar al crédito a los ciudadanos ni
para resolver la propia crisis bancaria ya que dichos prestamos en parte son
tomados para usarlos en el mercado especulativo financiero y aun en
transacciones y negocios entre los propios bancos así que el dinero no reactiva
ni a la economía ni alivia a los bancos. Por otro lado Marine le Pen se mantiene con el discurso propio de
la extrema derecha: antiinmigración y Francia para los franceses.
El cambio es ahora, dice Hollande. Por una
Francia grande dice Sarkozy. El futuro es el mestizaje dice Melenchon. Por una
Francia Azul, Marine le Pen. Así en sus slogans
cada candidato se retrata entre lo restrictivo o lo permisivo, entre lo
nacional o lo global, entre el capital o lo social. Es tarea de los franceses
tomar una decisión acorde a lo que
siempre Francia ha sido: adalid de cambios y revoluciones. Se espera que
esta vez también acierten abriendo la grieta que muestre que un nuevo camino es
posible ante la asfixiante respuesta de los mercados hacia los ciudadanos.
Posiblemente, pero sin percatarnos, estemos asistiendo a un cambio de paradigma
socioeconómico desde las propias entrañas del capitalismo que con la fuerza
iruptiva de una nueva política vislumbre respuestas diferentes a problemas
comunes. Hagamos votos porque el cambio sea ahora.
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Francia, Hollande, Melenchon, Sarkozy, LePen, cambio, crisis, politica.
Ainm
O
Barco de Valdeorras.22042012
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