xoves, 31 de marzo de 2016

¿Quién puede ver lo que publico en redes sociales?

Oficina de seguridad internauta
https://www.osi.es/

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En nuestros perfiles de redes sociales publicamos información privada como fotos, problemas personales, situaciones amorosas. Es importante que estos datos los compartamos sólo con aquellas personas que elijamos. ¿Tú con quién compartes?
En ocasiones, por desconocimiento de los riesgos, compartimos nuestras cosas más íntimas (sentimientos, estados de ánimo, problemas personales, etc.) de forma pública en nuestros perfiles de redes sociales y no somos conscientes de que esta información que voluntariamente proporcionamos puede acabar en manos indeseadas o dándose un uso inesperado.
Se conocen algunos casos en los que un desconocido obtiene información personal de otras personas ya sea paraperjudicar su imagen o para conseguir algún beneficio económico. También hay casos en que nuestras publicaciones en las redes sociales pueden acarrear algún problema o conflicto personal o laboral. Por ejemplo, si publicamos una fotografía en una situación comprometida y nuestro jefe o compañeros tienen acceso a ella.
Además, si publicamos demasiada información personal, corremos el riesgo de sufrir una suplantación de identidad. Es decir, si ponemos a disposición muchos datos personales de forma pública en nuestros perfiles sociales estaremos facilitando que alguien pueda hacerse pasar por nosotros.
Con el siguiente videotutorial aprenderás a compartir información, tanto en Facebook como en Twitter, con quién quieres y de forma controlada y segura. Útil, ¿verdad?

LOS 10 ANUNCIOS MÁS MACHISTAS DEL SIGLO XXI



Patricia Diez

http://www.unitedexplanations.org/

Los anuncios sexistas son tan antiguos como la publicidad y si pensábamos que era cosa del pasado, este artículo os va a demostrar lo contrario.
Por supuesto, la lista de tales anuncios podría ampliarse considerablemente, con ejemplos y marcas de todo tipo como Durex, Audi, Media Markt, Gucci, Ron Barceló, Mercedes Benz, Burger King, Lancia, Cash Converters, Ryanair y un largo etcétera.

La cosificación de la mujer en la publicidad

1. Dolce&Gabbana. Alusión a una violación en grupo.
1. Dolce and Gabbana
2. Tom Ford. Primer perfume de Tom Ford. Fue amonestado por los consumidores estadounidenses por ser “sexualmente explícito”. Reafirma la visión de la mujer como mero objeto sexual, al servicio de los deseos del hombre.
3. Jimmy Choo. El anuncio de zapatos muestra a una mujer joven, supuestamente muerta, dentro del maletero de un coche y, a su lado, a un hombre cavando una tumba en el desierto.
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4. Sisley. Vemos a una chica maniatada con las manos en la espalda mientras un hombre está encima de ella, insinuando una violación.
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5. BMW. En el anuncio se ve a un hombre encima de una mujer en una cama, la cara de la mujer está cubierta por una revista donde se ve la imagen de un coche.
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6. Fluid hair salon. Un anuncio con un contenido nuevamente misógino que alienta la violencia contra la mujer. En él, podemos leer: “Sé guapa en todo lo que haces”.
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7. Ford. No podíamos dejar de mencionar la famosa imagen, en la que se ve a Silvio Berlusconi, ex Primer Ministro italiano, al volante de un coche con tres mujeres maniatadas en el maletero. Anuncio que nunca debió salir a la luz según la propia compañía.
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8. Duncan Quinn. Una marca de ropa de hombre. Aparece la imagen de una mujer supuestamente estrangulada por un hombre. 
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9. Axe. Los famosos anuncios sexistas de Axe, véase un ejemplo: “Que no se aburran, mantenlas entretenidas con el Axe que cambia durante el día”.
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10. Calvin Klein. Anuncio prohibido en Australia por promover la violencia sexual.
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Muchas de las marcas detrás de estas campañas publicitarias manejan cifras de negocio astronómicas. Un ejemplo que llama la atención es Dolce&Gabbana, compañía conocida por sus múltiples anuncios sexistas y cuyos propietarios, a principios de 2013, ingresaron en la lista de los más ricos del mundo.

¿Qué define un contenido sexista?

El Instituto de la Mujer señala los factores que determinan que un contenido sea sexista. Entre ellos, destacan los siguientes:
  • Justificar comportamientos o actitudes que impliquen violencia contra la mujer.
  • Exhibir el cuerpo femenino como reclamo de venta cuando sea ajeno al contenido del anuncio y de lo anunciado.
  • Utilizar a la mujer y reducir su cuerpo a un mero objeto sexual.
Todos estos anuncios contienen al menos, uno de los factores que se han señalado anteriormente. Todos y cada uno de ellos perpetúan la imagen de la mujer como mero objeto sexual y, algunos de ellos, incitan a la violencia en todas sus formas llegando incluso al asesinato. Algunos demuestran por tanto, que seguimos inmersos en la llamada “cultura de la violación” que, lejos de erradicarse, parece que se hace cada día más visible a través de los medios de comunicación. La permanente representación de estereotipos de género como los que acabamos de ver, ayuda a su perpetuación en la sociedad. Cosificar a la mujer es el primer paso para ejercer la violencia contra ella.
A nivel mundial, según informa Naciones Unidas, en 2000, una de cada tres mujeres en el mundo padecía malos tratos o abusos. Hoy en día, dicha cifra continúa sin reducirse y se estima que el porcentaje asciende al 70% de la población femenina mundial.
¿Hace falta representar el asesinato de una mujer para poder vender zapatos? ¿Qué efectos pueden tener sobre las nuevas generaciones de chicos y chicas,  que la publicidad les diga que lo importante para una mujer es estar guapa con un buen peinado aunque sea maltratada y tenga secuelas físicas visibles?
Hay quienes no ven nada de malo en tales anuncios argumentando que se trata simplemente de provocación para ser innovador, de fotos artísticas o, simplemente, de una estrategia de marketing. Sin embargo, también son muchos los que denuncian que los efectos de este tipo de publicidad sobre la sociedad son nocivos, especialmente para los jóvenes y las jóvenes.
¿Vosotros qué opináis?

Esta es una explicación sin ánimo de lucro

El terrorismo islámico no es fruto de la exclusión de los musulmanes

Nazanín Armanian
http://www.publico.es/
Desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EEUU —presentados falsamente como el inicio del terrorismo—, hay un gran esfuerzo por parte de los políticos, sociólogos e incluso de los todólogos tertulianos de los medios de comunicación, para explicar las razones que llevan a unos fieles del Islam, muchos nacidos en Europa, a matar a personas en Occidente sin importarles su religión, su origen étnico o su clase social.
El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, representa la respuesta más común al afirmar que la “exclusión de musulmanes franceses provoca su radicalización”. Pero, ¿por qué esta misma discriminación que sufrieron durante las décadas anteriores a 1990, por ejemplo, no tuvo la misma manifestación? El profesor tunecino Yves Charles Zarka cree que hay otro motivo: “la crisis moral que vive Occidente y el desengaño que provoca en algunos individuos”.
Sin embargo, ¿dará la misma explicación sobre los atentados cometidos por los mismos grupos terroristas en los países musulmanes? El señor Zarka añade que la búsqueda del bienestar, fundamento de las sociedades europeas, no constituye para dichas personas un motivo suficiente para vivir. Aunque, los ‘decapitadores del Estado Islámico’, además de cobrar millones de dólares de Arabia Saudí y Qatar (entre otros patrocinadores), reciben una ingente cantidad con el contrabando del petróleo iraquí y el patrimonio cultural de Siria, para vivir en un Estado de bienestar envidiable y pagar un sueldo a los miles de jóvenes del lumpenproletariado que están a su servicio.
Otro grupo, los talibanes, dirige el principal cartel de opio del planeta, y no precisamente como una muestra de su rechazo al capitalismo de consumo. Además, en ninguna parte del Corán se pide al creyente que viva pobre, todo lo contrario. La economía islámica es de mercado.
El versículo 9:38 del Corán refleja esta realidad en los tiempos del propio profeta:“¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuándo se os dice: «¡Id a la guerra por la causa de Alá!» permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de aquí a la otra? Y ¿qué es el breve disfrute de esta vida comparado con la otra, sino bien poco…?”
En Egipto, un año fue suficiente para que los musulmanes dieran la espalda al Gobierno islamista de Mursi, quien, con su estómago lleno, pedía más y más paciencia a los hambrientos que ya no tenían ni pan seco para llevar a la boca.
En un Irak devastado por la invasión de EEUU y sus socios, y fracturado entre grupos chiitas y sunnitas, los seculares ganaron las elecciones parlamentarias del 2010, mientras que el Consejo Supremo Islámico tuvo sólo ocho escaños de 325.
Miradas mutiladas
¿Por qué se identifica a millones de personas que en Oriente Próximo y Norte de África luchan en unas circunstancias extremadamente difíciles por una democracia económica y política, con una minoría oscurantista, totalitaria y antimoderna, y que no es antiimperialista ni guardiana de las tradicionales exóticas y alternativas?
El principal mal que padecen las medidas europeas para integrar a los inmigrantes es justamente uno de los principios de las ideologías religiosas: dividir a los ciudadanos por su fe, con el fin de controlarles, además de mantener el caldo de cultivo de conflictos que siempre viene tan bien a las aristocracias gobernantes.
En este sentido, se organizan jornadas de puertas abiertas en las mezquitas, con té de menta incluidas, para que los escépticos ciudadanos cristianos comprueben por sí mismos que allí no esconden bombas ni misiles. Este ‘Diálogo de civilizaciones, que también se celebra en los encuentros entre cardenales, obispos, rabinos, lamas, muftíes y ayatolás —la élite de la casta religiosa mundial—, desvía la atención pública del origen real y de las manos que mueven un poderoso ‘terrorismo fantasma’ que cruza las valladas fronteras del mundo sin ningún visado. En Pakistán, víctima silenciosa del terrorismo, no se les ha ocurrido a los cristianos y musulmanes invitarse mutuamente a tomar la merienda en sus templos: saben perfectamente que el terrorismo es ciego y los que están detrás, buscan una guerra civil y la desestabilización de este estratégico país, abandonado por EEUU y recogido por China.
Terrorismo, el fantasma
El rey de Jordania, Abdullah II, nos ofrece su visión: señala intereses geopolíticos de determinados Estados para promover el terrorismo islámico, en el caso de los recientes atentados en Europa. El dirigente jordano habla directamente del presidente turco, Tayeb Erdogan (perteneciente a la organización de Hermanos Musulmanes y socio de la OTAN), como exportador de terroristas a Europa “para llevar adelante su agenda”, que según él, consiste en provocar “desorden” e imponer “una solución islámica radical a los problemas de la región”. Jordania que, a pesar de ser un servil peón de EEUU en la región, puede ser otro país afectado por el plan de Nuevo Oriente Próximo de Washington y la remodelación de las antiguas fronteras que EEUU ha puesto en marcha desde la caída de la URSS. Además, sabe que los estados en general, y EEUU en concreto, no tienen aliados estratégicos, sino intereses estratégicos.
Los yihadistas sunnitas afganos, el primer gran grupo terrorista islámico, lejos de ser una reacción de las sociedades musulmanas modernas (idea que tanto les gusta a los seguidores de Bush y de Samuel Huntington), fue creado en 1987 por el presidente estadounidense Jimmy Carter, con el fin de derrocar al gobierno marxista de Kabul y encerrar a la Unión Soviética con un ‘cinturón religioso’.
En aquellos mismos años, Ruhollah Jomeini instaló su República chiita en un Irán con 1600 kilómetros de la URSS, mientras Carter elevaba al máximo poder en el Vaticano al anticomunista polaco Karol Wojtyła, colaborador de la CIA (según afirma Carl Bernstein, uno de los investigadores del escándalo Watergate), para que, junto a Lech Walesa y su sindicato derechista-católico de Solidaridad, golpeasen también desde Europa a aquel país por prometer que había vida fuera de la economía capitalista.
Así nace la nueva estrategia de Washington: financiar la religión política organizada contra las fuerzas anticapitalistas en todo el mundo y, paralelamente, lanzar su antídoto, el chollo de la “lucha duradera contra el terrorismo islámico”, como si de un bombero pirómano se tratase. Volvieron a mentirnos al jurar que, matando a Bin Laden, (nos costó miles de vidas afganas y paquistaníes —sepultadas bajo las bombas que supuestamente atacaban los refugios del terrorista saudí—, además de billones de dólares y euros), el mundo vería la paz.
“Pagan justos por pecadores”
Por ello, no debe sorprender que tras cada atentado en Occidente, el país afectado, anuncia el bombardeo de un Estado estratégico, que para más inri no había sido el país natal de los terroristas: en el 11-S, al menos 15 de los 19 terroristas eran de Arabia Saudí y, sin embargo, EEUU bombardeó y ocupó Afganistán. Asimismo, la mayoría de los autores de los atentados de París eran de origen francés, no obstante, François Hollande envió a sus cazabombarderos a matar a sirios; y ahora, Bélgica, uno de los países más protegidos con sistemas de seguridad instalados por aire, tierra y mar, por ser la sede de la OTAN y del mando político-económico de Europa, ha hecho lo mismo tras los recientes atentados. ¡Es como si Bashar al Assad bombardeara Bélgica, Francia, Arabia Saudí, Qatar o Turquía, alegando que son sedes de las células yihadistas que atacan a su país!
Ante el avance de la extrema derecha, antipobre (aporófobo), no les conviene a los inmigrantes musulmanes exhibir su religiosidad. Es lo que han hecho durante la historia los cristianos perseguidos, —los armenios o los cátaros, quienes practicaron riserva mentale—, los judíos, y los sunnitas y chiitas en los países musulmanes.
El terrorismo además de un negocio, es una cortina de humo para entretenernos, y para que demos prioridad a la seguridad sobre el bienestar y la libertad, derechos que se han conseguido a base de una larga lucha, y que el capitalismo más agresivo nos lo está arrebatando. Al menos 60.000 personas mueren de hambre cada día por el terrorismo económico-político.

Cuando Guinea era tan española como Albacete, pero con negros

En  1959 los territorios españoles del golfo de Guinea adquirieron el estatus de provincias españolas, sumándose a las metropolitanas. Durante nueve años hasta su independencia en 1968, estar en Bioko, Bata o Mongomo era como pisar territorio de Cuenca, Albacete o Parla.

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http://www.publico.es/
Caudillo de España… y de Guinea
Curiosamente la colonia permaneció fiel al gobierno republicano tras el golpe de estado de los militares y así se mantuvo hasta que en octubre de 1936 se produjo un desembarco de la Guardia Colonial desde la isla de Fernando Poo a territorio continental.  Desde entonces, la foto del golpista gallego decoró las estancias oficiales, como sucedía en el resto del país.
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Con la Iglesia hemos topado
Sí, Estado e Iglesia eran uña y carne en ambas latitudes e inaugurar una nueva iglesia en un pueblo era como si te colocasen un macrocentro comercial en el barrio.
Los militares y el poder politico iban de la mano
Al poder le gustan las botas relucientes y las bayonetas afiladas por definición. ¿Que llegaba un barco con cañones como para recalificarte toda la costa? Visita obligada.
A los señoritos se les trataba como a tales
Tanto en la España europea como en la africana, los “señoritos”, ya fueran por poder político o económico (aunque normalmente ambos iban directamente unidos), gozaban de privilegios que los hacían antipáticos para el pueblo llano. Para los poderosos, explotar a un jornalero andaluz o a un bantú, era lo mismo. Y ahora.
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La OJE monopolizaba a la juventud
Sí amigos, la Organización Juvenil Española era tan activa en costas africanas como en el resto del disminuido imperio de Franco. Guinea, con una exuberante naturaleza, era un lugar ideal para sus marchas y acampadas.
Saca el güisqui, Cheli. 
En la web Crónicas de la Guinea Ecuatorial hay una buena colección de fotos que capturan del animado ambiente nocturno de lugares como Bata. Allí, en Benalmádena o en Teruel, en los guateques se bailó el Maria Isabel. o el Cuéntame.
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Lo más visto en Santa Isabel, era lo más visto en Madrid
La televisión llegó algo más tarde a la España africana, en 1968, cuando se creó un estudio en la isla de Fernando Poo. Lo inauguró Fraga Iribarne y la primera emisión fue un mensaje de Franco. Las familias se reunían para ver la televisión en las casas donde había alguna. Y si no, al bar. Les suena todo, ¿verdad?
Lamíamos los sellos para pegarlos
Nada de pegatinas. Había que usar una esponjita o acudir a la socorrida lengua para pegarle un sellito al sobre y mandar una carta a cualquier punto del globo.
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Todo por la metrópolis
La Benemérita velaba por la seguridad de los caminos guineanos, aunque sus cuarteles (0 algo) se nos hacen algo mostrencos. Desconocemos cual era el equivalente guineano de El Lute.
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Con imágenes de Wikipedia y Crónicas de la Guinea Ecuatorial.
Jaime Noguera disfrutó de ‘Palmeras en la nieve’ y es autor de España Guerra Zombi‘.

A hipoteca do Hospital Álvaro Cunqueiro

Pablo Vaamonde
http://praza.gal/

O 22 de marzo de 2016 unha delegación de SOS Sanidade Pública, encabezada por Manuel Martín García, acudiu a Bruxelas, para entrevistarse con parlamentarios europeos e facer entrega de documentación en relación coa denuncia presentada ante a Comisión Europea polas irregularidades do Hospital Álvaro Cunqueiro. Ese día a cidade de Bruxelas sufriu un atentado terrorista, brutal e desalmado, que provocou decenas de mortos e centenares de feridos. Nada pode xustificar tanta maldade e tanta dor. Queremos condenar estes ataques violentos e expresar a noso apoio a todas vítimas e os seus familiares.
A polémica sobre o novo hospital de Vigo continúa. Imos facer deseguido, en varios capítulos, un relato cronolóxico do acontecido nos últimos meses.
Outubro de 2015: O traslado desde o Hospital Xeral  e o Meixoeiro ao novo hospital foi realizado a toda présa, sen ter rematadas as obras e cun edificio que presentaba múltiples carencias e deficiencias. De pouco valeron as advertencias e protestas de profesionais e usuarios. Distintos colectivos sanitarios do novo hospital estiveron durante semanas alertando da falla de material básico para realizar o seu traballo en condicións dignas e seguras. Mais o proceso continuou pois a UTE perseguía iniciar o cobro do canon pactado canto antes. Houbo consecuencias moi negativas, que se relatan noutros capítulos deste libro, pero lembraremos de seguido algúns momentos importantes do sucedido.
Un paciente de 66 anos (con diagnóstico de adenocarcinoma gástrico, de máxima prioridade cirúrxica)non puido ir a quirófano para ser operado, por "falta de material cirúrxico, a pesar de avisalo o día anterior", segundo os propios cirurxiáns. O doente con cancro foi para o seu domicilio "quedando pendente de reprogramar" a operación, tal e como figura no informe de alta. A veracidade do mesmo foi confirmada por varias fontes sanitarias do HAC. O persoal do Hospital asegura que esta é unha das moitas intervencións que foron suspendidas, por ese motivo ou por que o instrumental cirúrxico non estaba esterilizado.
Pero, a pesar do caos dese traslado, que tiveron que afrontar e sufrir os profesionais e doentes, o que de verdade importa é o negocio. E nese terreo as cousas foron mellor. Informaba a prensa que a concesionaria do HAC sumou máis de tres millóns de beneficio xa antes de abrir o hospital. A UTE, controlada por Acciona e Puentes y Calzadas comezou a explotar os servizos non clínicos cedidos pola Xunta, e presentou uns beneficios de 1.2 millóns en 2014 e de 1.9 en 2013, segundo explica na súa memoria.
Co inicio da actividade clínica a factura que terá que afrontar a Xunta comeza a medrar. A hipoteca que teremos que pagar con diñeiro público é enorme. Nos orzamentos xerais de 2016 o goberno de Núñez Feijoo prevé un incremento da partida destinada a sanidade do 4.4%, que representa uns 140 millóns de euros. Semella unha boa nova mais, se analizamos polo miúdo, vemos que 70 millóns irán parar aos petos da concesionaria do HAC: isto quere dicir que a metade da suba do orzamento sanitario é fagocitada directamente pola UTE do novo hospital.  En 2016 a Xunta entregaralle 42 millóns de euros do prazo anual pola construción do hospital, e 27 millóns máis pola privatización de servizos non clínicos (restauración, lavandería, mantemento, limpeza ou transporte interno, entre outros).
A partir de agora a hipoteca será esa, arredor de 68 millóns de euros cada ano, que deberán seguir pagando os sucesivos executivos ata o ano 2035. O canon do HAC representa o 35% das inversións da Xunta en Vigo: un de cada tres euros investidos este ano polo goberno galego en Vigo irán directamente á UTE. E así será no sucesivo: o novo hospital será obxecto da maior partida orzamentaria da Administración galega durante moitos exercicios. Cando acabemos de pagar a hipoteca o edificio xa estará obsoleto e será preciso outro novo. Ese é o gran negocio organizado polo goberno de Núñez Feijoo, para beneficiar á empresa concesionaria que garante as súas ganancias para moito tempo. Perden os cidadáns e perde a Sanidade pública, hipotecada por décadas e gobernada por intereses privados (tanto no HAV como no hospital de Povisa) que buscan maximizar o lucro, mesmo  a costa da saúde da xente.

mércores, 30 de marzo de 2016

La teta es la leche

Esther Vivas
http://www.publico.es/
Hablar de la teta es a menudo motivo de conflicto. Si las das, si no la das, si tienes leche, si dicen que no tienes. Tras el parto y una vez llegada la hora de la lactancia, la nueva mamá, sin muy bien saber cómo, se encuentra rodeada de un sinfín de expertos: que si la mamá de la mamá, que si la suegra, que si el cuñado, que si la amiga o el amigo. Todo el mundo sabe lo que es mejor para ella y el bebé. Y es aquí donde tenemos que plantarnos. Al fin y al cabo se trata de nosotras y de nuestro cuerpo. Aunque, a menudo, no es tan fácil en esos momentos.
Si bien hasta hace no tantos años, allá en la década de los 70 y 80, se impuso la “doctrina del biberón” y los pediatras lo recomendaban activamente diciendo que era “lo mejor”; en la actualidad, y por fortuna, las cosas han cambiado bastante. En las maternidades y hospitales se promueve la lactancia materna pero a veces, y como señalan varias mujeres, se echa en falta una mayor preparación y sensibilidad del equipo sanitario, a la vez que el acompañamiento deja mucho que desear. Todo esto explicaría porque en el Estado español a los seis meses de edad solo el 28% de los bebés continúa tomando la teta en exclusiva, según datos del Instituto Nacional de Estadística, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Algunas mamás que no quieren o tienen dificultades para dar de mamar, señalan que “hoy la teta es una imposición”. Personalmente, considero que nada más lejos de la realidad. Muchas mujeres que quieren dar el pecho encuentran serias dificultades para acceder a asesoramiento y apoyo cuando enfrentan las primeras dificultades, a la vez que existen muchos prejuicios que conducen a su abandono. Otras dirán que se las mira mal si sacan de sus bolsos un “bibe”. Si es así, he aquí un problema. Cada mujer ha de tener la opción de escoger. Y su opción, guste o no, debe ser respetada. Las decisiones personales tienen motivos diversos, nuestra mochila vital es única, y no somos nadie para juzgar la vida de los otros. La defensa de la lactancia materna no debe implicar un cuestionamiento de las mujeres que optaron por la lactancia artificial o que no tuvieron más opción que recurrir a ella. El respeto para todas las opciones es primordial.
No es lo mismo
Yo opté por dar la teta. La leche artificial es “un gran invento”, permite alimentar a los bebés cuando no hay lactancia materna posible o deseada. El problema, a mi entender, reside en la medida en que se equipara una leche con la otra, como ha sucedido a lo largo del siglo XX. Y eso cuando no nos han dicho que la de fórmula era incluso mejor que la de las madres. Tras el biberón, se esconde un gran negocio, el de las multinacionales del sector que no han dudado en utilizar al personal médico, el marketing y la publicidad para aumentar su tasa de beneficio, vendiéndonos como incuestionables las bondades de la lactancia artificial. Un negocio con impactos dramáticos en los países del Sur, donde su extensión de la mano de compañías farmacéuticas y distribuidoras, según la propia Organización Mundial de la Salud, ha contribuido al aumento de la mortalidad infantil, pero también con consecuencias aquí. Sin embargo, a pesar de lo que digan, la leche de formula y la materna ni de lejos son lo mismo.
La leche artificial aún y ser químicamente similar a la materna no contiene las propiedades inmunitarias de esta última. Se trata sólo de un alimento, como indica UNICEF, mientras que la leche materna “es un complejo fluido nutricional vivo que contiene anticuerpos, enzimas, ácidos grasos de cadena larga y hormonas, muchos de los cuales simplemente no pueden incorporarse en la fórmula”, por más que las compañías lo intenten, en aras del negocio. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO por sus siglas en inglés, apunta en la misma dirección: “Aunque las fórmulas infantiles pueden ser la mejor alternativa para la leche humana, no son lo mismo. Incluyen los nutrientes conocidos que el niño necesita, pero quizá no tiene los nutrientes que aún no han sido identificados; en este caso, no es posible saber qué le falta al niño que recibe biberón. En efecto, en algunos aspectos las fórmulas infantiles son tan distintas de la leche humana, que pueden ser no aptas y peor aún, peligrosas. Las leches manufacturadas no tienen las propiedades anti-infecciosas ni las células vivas que se encuentran en la leche humana”. Y concluye con un elemento que no es menor y es que “los productos manufacturados -además- son muy costosos”.
La leche materna, como indica Paola Negri, autora de ‘Todas las madres tienen leche’, es el único alimento completamente adecuado para el bebé: “Cuando hablamos de leche materna nos referimos a un tejido biológico no estructurado, similar a la sangre del cordón umbilical, algo muy diferente de un simple alimento. En este sentido, el seno materno juega un papel similar al de la placenta, porque es el órgano a través del cual el niño comunica al cuerpo materno aquello que necesita y lo recibe, ya sea comida, bebida, anticuerpos, hormonas, factores de crecimiento o inmunomoduladores”. Algo imposible de imitar por la industria. Además, hay que tener en cuenta que en los primeros meses de vida el intestino de la criatura solo está preparado para absorber correctamente leche materna, no otros productos ni siquiera la fórmula. De aquí, que ésta solo debería suministrarse cuando no queda otra opción, ya sea por necesidad o voluntad materna.
Otros inconvenientes de la leche artificial es que siempre tiene el mismo sabor y composición, mientras que la de la mujer incorpora los sabores de aquello que ella come, habituando al bebé a la dieta familiar. La leche materna cambia a lo largo del período de lactancia (del calostro inicial pasando por la leche de transición hasta la leche madura), en el transcurso de la jornada (con diferencias entre el día y la noche) y en una misma toma (con más o menos lactosa, azúcar, proteínas, vitaminas, minerales, agua y grasa), adecuándose a las necesidades del bebé (hambre, sueño, enfermedad, sed). Imposible encontrar un sustituto igual.
La leche artificial es además cara e incómoda, se tiene que comprar, preparar y administrar en un determinado tiempo, a la vez que para suministrarla hay que contar con varios accesorios, como biberones y tetinas, instrumentos que se tienen que adquirir, de fácil contaminación bacteriana y, hasta hace poco y aún algunos actualmente, elaborados con sustancias químicas como el Bisfenol A (BPA) y los ftalatos, con el consiguiente daño en la salud infantil. Además, se pueden dar errores en la preparación, produciendo una leche o bien demasiado diluida o excesivamente concentrada.
Y, ¿qué opinan los expertos?
Pero, ¿cuál es la opinión de los máximos expertos en la materia? Y no me refiero a catedráticos, doctores ni personal sanitario, sino aquellos que la consumen diariamente: los bebés. La realidad es que casi nadie pregunta a los más pequeños. A pesar de la gran cantidad de investigaciones científicas acerca de la lactancia materna, no hay prácticamente ninguna, como señala la médica Ibone Olza en su libro ‘Lactivista’, que recoja la opinión de los lactantes.
Uno de los pocos que aborda dicha cuestión es el estudio sobre lactancia prolongada, a cargo de la investigadora Karleen Gribble que realizó en 2007 con 114 niños de Australia. ¿Cuáles eran sus conclusiones? Las criaturas afirmaban que les gustaba o les encantaba la leche materna y se sentían contentas, satisfechas, acogidas, amadas o felices cuando mamaban. Asimismo, consideraban que su sabor era “tan bueno como el chocolate”, “mejor que el helado” o bien como las fresas, el azúcar, los polos, las naranjas o los plátanos. A todos, les encantaba la teta.
Sin embargo, ¿por qué no se pregunta más a las criaturas? Las causas las tenemos que buscar en la sociedad adultocéntrica en la que vivimos, que desdeña con frecuencia los intereses y las preferencias de las más pequeños, que a pesar de no poder expresar siempre verbalmente sus predilecciones, esto no quiere decir que no las tengan. Así el patriarcado se conjuga con otros sistemas de dominación hegemónicos, imponiendo una determinada visión única del mundo.
Salvar vidas
Sin querer ser alarmista, creo importante señalar los impactos de sustituir sin más la teta por el biberón. Hay veces que no hay otra elección, o que “el bibe” es la opción deseada. Pero, cuando la industria de la leche de fórmula apuesta por equiparar un modelo de lactancia con el otro, en busca del máximo beneficio empresarial, los efectos negativos para los bebés no se pueden obviar.
¿Qué riesgos afectan a un lactante que no es amamantado o que abandona la lactancia materna antes de tiempo? La Asociación Española de Pediatría enumera las siguientes contingencias: a corto plazo, el primer año de vida, hay más posibilidades de sufrir procesos infecciosos gastrointestinales, respiratorios y urinarios, aumentando, si estas infecciones son graves, hasta diez veces la probabilidad de hospitalización. También señala un mayor riesgo de mortalidad postneonatal y muerte súbita. A largo plazo, la alimentación con leche de fórmula aumenta el riesgo de padecer dermatitis atópica, alergia y asma en criaturas con antecedentes familiares, aumenta las posibilidades de padecer celiaquísmo, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes mellitus, esclerosis múltiple y cáncer en la edad adulta, en el caso de las niñas cáncer de mama.
Además, nos han insistido tanto en que el pequeño cuando más “rellenito” mejor, que esto ha conducido en algunas ocasiones a una sobrealimentación a través del “bibe”. Se deja de confiar en la capacidad del bebé para autoregularse, para confiar en cantidades anunciadas en etiquetas, en medidores que acaban teniendo a veces una capacidad mayor de la que indican o se llena el vaso presionando para que quepa la máxima cantidad, pensando que es lo mejor para la criatura. Hay varios estudios que así lo indican. Un informe del Instituto Nacional de Investigación para los Alimentos en Italia señalaba que los bebés, de 0 a 4 meses, alimentados exclusivamente con leche de fórmula podían estar ingiriendo una cantidad superior, de hasta el 24% más, de las calorías necesarias y recomendadas. Lo que puede fomentar la obesidad en niños y adultos. Otras investigaciones, como la realizada por un equipo estadounidense y publicada en The Journal of Pediatrics, apuntaban a que los bebés alimentados con biberón más allá de los 12 meses tenían hasta un 30% más de posibilidades de padecer obesidad infantil.
Otro tema polémico es la presencia de transgénicos en la leche de fórmula. En 2011, el grupo de presión de los principales fabricantes y comercializadores de leche de fórmula en Australia y Nueva Zelanda, el Infant Nutrition Council, que incluye compañías como Nestlé, Nutricia (que pertenece al grupo Danone, con marcas como Almirón, Nidina, Nan y Milupa), Heinz y Fonterra, reconocieron que era imposible producir una leche artificial sin transgénicos y que la demanda de una leche de fórmula libre de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) era “inviable y poco realista”. Unas declaraciones que se produjeron después de queGreenpeace denunciará la presencia de OGM en varios de sus productos. La pregunta está servida: con el biberón, ¿sabemos realmente qué les damos a nuestros hijos?
Dar la teta asimismo salva vidas. Lo dice la Organización Mundial de la Salud: “Si se empezase a amamantar a cada niño en la primera hora tras su nacimiento, dándole solo leche materna durante los primeros seis meses de vida y siguiendo dándole el pecho hasta los dos años, cada año se salvarían unas 800.000 vidas infantiles”. Otras organizaciones como UNICEF apuntan a que dicha práctica permitiría la supervivencia de hasta 1,5 millones de criaturas, y un mejor desarrollo para muchas otras. De aquí, que la OMS solo recomiende la toma de leche artificial como cuarta opción, por detrás en primer lugar de la leche materna succionada directamente del seno de la madre, en segundo lugar la leche de la mamá extraída y suministrada al bebé y en tercer puesto la leche de otra mujer. Si todas estas opciones no prosperan, únicamente entonces la OMS apuesta por la lactancia artificial. Un dato que a menudo se obvia.
Lactancia feminista y anticapitalista
Sin embargo la lactancia materna no solo es buena para los bebés, aunque a menudo no se explicite tanto, las mujeres también salen ganando. Lo cuenta laAsociación Española de Pediatría al señalar que dar de mamar reduce el riesgo de sufrir hemorragia postparto, fractura espinal y de cadera postmenopáusica, padecer cáncer de ovario o de útero, artritis reumatoide, enfermedad cardiovascular e hipertensión. Además, gracias a la liberación de oxitocina, conocida también como “la hormona del amor”, dar la teta produce agradables sensaciones que protegen de la depresión postparto, el estrés y la ansiedad, favoreciendo el vínculo materno-filial.
Un sinfín de beneficios que han llevado a la filósofa Ester Massó a reivindicar la lactancia materna como “reclamo y objetivo feminista”, al beneficiar a las mujeres en particular y a las culturas en general. Para Massó, la perspectiva feminista va más allá de lo que gana la mujer desde un punto de vista estrictamente orgánico, como apunta en su diálogo con la activista Maria Llopis, y que es reproducido en el libro de esta última ‘Maternidades subversivas’: “A parte de los argumentos fisiológicos, veo feminismo también en la reapropiación del propio cuerpo y sus funcionalidades, sus virtualidades”. Por contra, apunta al patriarcado como responsable de vincular, desde mediados del siglo XX, la teta con “las ataduras femeninas”, la esfera doméstica y “una concepción naturalizante y meramente reproductiva de la mujer”.
A parte de feminista, Massó define la teta como “anticapitalista”, en la medida en que se encuentra al margen del mercado: “Dar la teta es gratis, y por tanto un pecado capitalista que sitúa esta dinámica fuera de la esfera mercantil (y) monetarizada. Además, por ende, amamantar requiere tiempo de cuidado exclusivo (durante el cual la mujer no es productiva monetariamente de forma directa, visible) y ausencia de estrés, elementos todos ellos cuasi imposibles en la sociedad posindustrial y capitalista”. Massó defiende asimismo el carácter subversivo de amamantar: “La lactancia materna se plantea así como ejemplo de práctica revolucionaria de las relaciones sociales que se enfrentan a la lógica del capital, de la institucionalización de la educación y los afectos, de la división rígida entre lo público y lo privado-doméstico”.
La médico Ibone Olza, en su libro ‘Lactivista’, coincide en el análisis al afirmar que es el capitalismo quien sale ganando con las lactancias que terminan abruptamente. Así, considera que con el abandono prematuro de la lactancia materna son las empresas privadas las que sacan jugosos beneficios ya que se multiplica la demanda de leche artificial, de antibióticos y medicamentos “para muchas enfermedades cuyo riesgo aumenta con la lactancia artificial”.
Venimos de muy atrás
Alguien dirá que exageramos, que actualmente dar la teta es lo que se promueve en hospitales, centros médicos, etc. En realidad, y a pesar de los importantes avances en la difusión de la lactancia materna, son muchas las mujeres que se quejan de las dificultades con las que se encuentran al necesitar ayuda, apoyo o asesoramiento, desde recién paridas hasta ya pasados los primeros meses. Al escribir sobre lactancia, he recibido varios comentarios y mensajes en esta dirección: desde mujeres que expresan lo difícil que es iniciar la lactancia tras un parto altamente medicalizado, otras que se han encontrado con enfermeras que instan a dar el biberón “o sino la criatura perderá peso”, algunas que hablan de pediatras que enseguida recetan leche de fórmula como suplemento o aquellas que un día visitaron el médico porque estaban resfriadas y éste les dijo que aprovecharan para dejar de dar la teta. Lo que no quita que haya profesionales que apoyen activamente la lactancia materna.
Venimos de muy atrás. El discurso único sobre las bondades del biberón que se empezó a generalizar a partir de los años 30 y llegó a su máximo apogeo, en función del país, entre la década de los 60 y 80, con la introducción de la leche artificial cada vez a edades más tempranas, convirtió en casi residual la lactancia materna. En Estados Unidos, por ejemplo, en la década de los 70 solo el 25% de los bebés de una semana tomaban el pecho y únicamente el 14% de los que tenían entre dos y tres meses. En el Estado español, en el mismo período, en los 70, las madres que amamantaban más allá de los seis meses representaban un pobre 14% del total, y diez años más tarde, en los 80, la cifra solamente había remontado hasta el 19%.
Los cambios sociales en este período contribuyeron también, según los expertos, al abandono de la lactancia materna: el paso de una estructura familiar amplia, con presencia de mujeres de otras generaciones que podían apoyar en la práctica lactante, a una familia nuclear; la extensión del parto medicalizado, la falta de intimidad en habitaciones compartidas y la separación temprana de madre y bebé; y la incorporación progresiva de las mujeres al mundo laboral y la difícil conciliación con la crianza. El pediatra Carlos González lo deja así de claro en su libro ‘Comer, amar, mamar’: “Hace unos años, en España, dar el pecho todavía a los tres meses era raro, y darlo sin ayudas de biberón casi heroico”.
La dinámica empezó poco a poco a revertirse en algunos países industrializados, como Estados Unidos, a partir de la década de los 70 y en otros, como en el Estado español, en los 80. Pero, este incremento se limitaba a las mujeres que daban de mamar a bebés de menos de seis meses y a menudo con leche de fórmula como alimento complementario. Según algunos estudios, la mala imagen de la industria de la leche artificial y sus agresivas campañas para imponerse en los países del Sur podrían haber sido el motivo de dicha contra tendencia, aunque las mismas fuentes aseguran la dificultad por identificar estas causas. Otras investigaciones apuntan a la publicación de informes sobre los beneficios de la lactancia materna, su promoción pública, la divulgación por parte del personal sanitario y la ampliación del permiso de maternidad como otros factores.
Aun así, y según indica la OMS, en la actualidad y a nivel mundial solo un 36% de los lactantes menores de seis meses toman leche materna como alimentación exclusiva. En el Estado español, la cifra es incluso inferior: tan solo un 28% de los bebés toma únicamente el pecho hasta los seis meses, como aconseja la OMS. A pesar de estar en “remontada”, el daño ya está hecho.
La ‘receta’ del biberón
La generalización del biberón, incluyendo tomas pautadas y horarios fijos, fue acompañada a lo largo de los años 70 y 80, por una “receta” más amplia que comprendía que los bebés tenían que dormir solos, dejarlos llorar hasta que se cansaran, darles el chupete y cogerlos poco en brazos para que no se malacostumbraran. Obviamente, no todos aquellos que dieron el biberón optaron por este “programa”, pero sí que se trataba del “manual de instrucciones” de la época, aplicado a menudo también a aquellos bebés que tomaban la teta.
Una “receta” aliñada con una buena dosis de mitos acerca de la lactancia materna. Algunos de los cuales aún perduran hoy: que si “los pechos pequeños no tienen leche”, que si “tengo los pezones invertidos no será posible la lactancia”, que si “mi leche es acuosa y no alimenta”, que si “el bebé mama o llora mucho es porque se queda con hambre”, que si “el bebé no se acostumbra a una pauta horaria le dañaré el estómago” (esto se lo dijeron a mi madre!), que si “con el sacaleches me saco poca cantidad es que no tengo leche suficiente”, etcétera etcétera y etcétera. Un “mezcla” que ha resultado fatídica para menoscabar la confianza de las mujeres en su lactancia.
Ante tanto prejuicio, que no te engañen: mamá, no lo dudes (por tu salud, por su salud, por el cariño y el vínculo), la teta es la leche.

OTRO:
http://esthervivas.com/2016/02/17/el-negocio-del-biberon/