martes, 15 de marzo de 2016

Sexo y autoestima: para amar a alguien, hay que amarse primero

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Una de las guerras que tengo con alguna de mis amigas es que sean capaces de encender las luces a la hora de acostarse con un chico. Y ni siquiera hablo de un rollo pasajero al que no te apetece enseñarle cicatrices, físicas y psíquicas del pasado, sino a sentirte lo suficientemente cómoda con tu pareja como para dejar que te quite la ropa, con veneración, si hace falta. Curiosamente, tanto en algunas de mis últimas intervenciones en la radio, como en algunas de mis consultas online, son los chicos los que me comentan que rechazan tener relaciones sexuales con tal de no tener que desnudarse delante de nadie. ¿Hasta qué punto la autoestima nos influye en el sexo?

Ilustración de Sara Fratini 

Sara Fratini se ha hecho famosa no solo por sus ilustraciones, sino por sus mensajes, en los que libera a la mujer de sus complejos y las anima a sentirse libres, con o sin ropa, en todos los aspectos de su vida. "Cuando nos dejamos llevar por las inseguridades que nos impone la sociedad empiezan los problemas de autoestima y somos las primeras en criticarnos de la peor manera”, explica la ilustradora que, con sus 'sirenas' y con su libro La buena vida, ha conseguido aquello que hubiera deseado de tener de adolescente: 'imágenes de mujeres reales' para que las jóvenes como ella no se vean "bombardeadas por imágenes de mujeres con cuerpos perfectos y por artículos de dietas y de cómo complacer a los demás".

Está claro que a la hora de disfrutar del sexo, saber disfrutar de nuestro cuerpo, quererlo, aceptarlo y sobre todo, aprender a mimarlo es un requisito imprescindible. ¿Cómo vamos a poder desear el cuerpo del otro, si no somos capaces de desear el nuestro propio?

Este es también uno de los mensajes que se desprende del libro Gordi Fucking Buena, de Elena Devesa y Rebeca Gómez, las creadoras de la web We Lover Size. Ambas reconocen que "en cuanto ganamos peso solemos perder la autoestima por el camino", pero lejos de dejarse caer en el estigma social, son las primeras en recordar que "odiar tu cuerpo y a ti misma es una pérdida de tiempo, porque dejar pasar muchas cosas buenas, como el sexo, por estar centradas en aquello que nos acompleja no merece la pena".
Rebeca Gómez y Elena Devesa en Instagram

Se han encontrado con muchas lectoras que reconocen que, debido a su baja autoestima, evitan las relaciones sexuales, "y esto se traduce en gente que sigue virgen a los 30 y tantos". Además, están, dicen, "las que sí que tienen novio, pero solo pueden hacerlo con la luz apagada o casos extremos como el de una chica que nos escribió para contarnos que después de 3 años juntos, su novio nunca le había visto la barriga". No solo ellas: los hombres también comparten sus complejos aunque "la presión es algo menor en ellos", por una cuestión de exposición mediática.
Sin embargo, los hombres, más que para mostrar sus complejos, suelen participar en su página web para recordar que a ellos les encantan las chicas que no tiene nada que ver con las modelos de las revistas. "Hay hombres a los que les gustan las chicas más altas que ellos, o más gorditas, o muy bajitas, o con la cara redonda, pero no todos se atreven a demostrarlo y eso es contra lo que luchamos. ¿Por qué está bien visto decir que tienes preferencia por las rubias pero si tu preferencia son las chicas jamonas eres un degenerado?"

En cuanto al sexo, si bien reconocen que "para un encuentro físico y puntual, lo importante es el exterior, no nos vamos a engañar", creen que "eso no quiere decir que todos tengamos que usar la 36, ser rubias y de ojos claros. Para gustar por el exterior no hace falta ser perfecta, tan solo encontrar a alguien a quien se lo parezcas". El lema de su último libro en este sentido es:  "Disfruta de lo que tienes mientras trabajas por lo que quieres". Una frase que también puede aplicarse al sexo, ya que "las cosas no caen del cielo, hay que poner de tu parte. A lo mejor no estás en el mejor momento de tu vida, o con la vida sexual más envidiable, pero no por ello vas a fustigarte. Disfruta del momento sin dejar de trabajar por lo que quieres conseguir en el futuro. Esa es nuestra filosofía".

Es por ello que si bien hay que cultivar una vida sana, hacer ejercicio y seguir una dieta que, entre otras cosas, nos permita tener más energía para nuestras maratones sexuales, lo cierto es que proponerse disfrutar de nuestra sexualidad ydejar los complejos fuera de las sábanas, también es una cuestión de trabajo y un esfuerzo que empieza por creérselo. Buscar en un espejo no todo aquello que odiamos sino aquello que nos gusta, como nuestra boca o nuestro pelo. Pedirle a nuestra pareja, o a algún amigo, que nos diga qué parte de nuestro cuerpo le parece más atractiva, y empezar a juzgarnos no solo por lo carecemos sino también por lo que tenemos nos ayudará no solo a disfrutar más de los encuentros, sino a ser más activos y a dejar que también nuestra pareja disfrute más de nuestro cuerpo.

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