martes, 7 de novembro de 2017

Y España, ¿qué piensa de esto?


Cristina Fallarás
http://iniciativadebate.net/

Mucho se ha hablado estos días de que al Procés catalán le falta apoyo internacional. El Procés es una montaña rusa para todo el que lo vive desde fuera, tan pronto son las hordas del mal como las víctimas de un sistema represor. Eso en cuanto a las redes sociales. En cuanto a los medios de comunicación, todo depende de si cubren el territorio español o el catalán. Los medios de comunicación y las redes solo reflejan –y a veces modifican un poco– lo que NO sucede. Lo que SÍ sucede va por otros cauces, en España, a menudo y lamentablemente, por esos que llaman “cauces judiciales”.
Sin embargo, el tuétano de este caldo no está en los medios, en las redes ni en los tribunales. La chicha está en la población española, la española no catalana. ¿Qué importa lo que piense Europa sobre Cataluña si pasamos por alto lo que piensa el resto de España? Y el resto de España, más allá de quienes ondean las banderas del nacionalismo patrio, permanece callado. O lo que resulta más sorprendente, apoyando las medidas de un Gobierno, el de Rajoy, que hasta hace dos días se consideraba el peor cáncer corrupto de Europa.
Tres pasos podrían ilustrar el pasmo.
PASO 1. Borrell pone voz al PP y C’s
El domingo 8 de octubre, la asociación ultraconservadora Societat Civil Catalana convocaba una manifestación en Barcelona que llenó la ciudad de banderas españolas y besos a los miembros de la Policía Nacional. Apoyaban la convocatoria el Partido Popular, Ciudadanos y fuerzas como Vox o la Falange, entre otros restos de dictadura. El acto habría tenido una relevancia relativa, sencillamente poner en evidencia la postura más conservadora sobre el Procés, si no fuera por la intervención del exministro Josep Borrell. Borrell tomó la palabra y se convirtió en la estrella. Pero no solo eso. Con su gesto blanqueó una manifestación de marcado carácter nacionalista español cuyo eje era el apoyo a las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy.
La presencia de Borrell en el acto, su protagonismo y el “desenfado” con el que dio validez a las posturas más conservadoras son imprescindibles para comprender el posterior apoyo del PSOE de Pedro Sánchez a la aplicación del 155.
Desde el resto de España se celebró y aún se celebra esa intervención de Borrell en la manifestación de los ultraconservadores. Y, por lo tanto, la idea de aplicar el artículo 155 en Cataluña y cesar a todo un Gobierno y ocupar sus instituciones por parte de Rajoy no ha provocado ninguna respuesta entre los sectores llamémosles de izquierdas españoles.
PASO 2. Casado propone ilegalizar a los independentistas
El martes 17 de octubre, Pablo Casado declaró: “Hay países democráticos que no permiten partidos que vayan contra la propia configuración del Estado. Yo he dicho que eso se podría plantear”. Se refería a una posibilidad que, como al vuelo, lanzó la semana anterior: ilegalizar a los partidos que reclaman la independencia. Pese a que varios miembros del PP declararon entonces que “ese debate no está abierto”, el globo sonda estaba lanzado.
A Casado, enseguida se unió Xavier García Albiol: “Si alguien tiene la tentación de presentarse a las elecciones diciendo que si ganan llevarán a la destrucción de España, no me parece admisible”.
Desde el resto de España nadie ha alzado la voz contra tal posibilidad, ni la ha recibido con la ración de escándalo democrático que merece.
PASO 3. El selfie de Iceta
El pasado domingo 29 de octubre, Societat Civil Catalana repitió manifestación. Esta vez no solo intervino Borrell, sino que el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) se unió a la convocatoria. El éxito del exministro tras su anterior intervención animó a un partido en horas bajas, que decidió echarse al monte. Más allá de que, como admitió el propio Josep Borrell, segundas partes nunca fueron buenas, la jornada brindó una imagen que quedará para la posteridad. En ella, la cúpula del PP –Dolors Montserrat, Andrea Levy, Enric Millo y Xavier García Albiol— rodeaba a un Miquel Iceta en las antípodas de aquel que gritó a Pedro Sánchez aquel “Sálvanos de Rajoy”.
El “nuevo” PSOE liderado con Pedro Sánchez llegaba a la arena política, según su líder, a pedir la dimisión de Mariano Rajoy. Nadie en la sociedad española parecía darse cuenta tras el selfie de que se estaba tratando justo de lo contrario.
Sin este último paso, precedido de los anteriores, resulta muy difícil explicarse por qué nadie en la sociedad española se levanta contra el encarcelamiento de más de la mitad de un Govern democráticamente elegido.
Pasos perdidos.
En pocos días se ha proclamado una república, se ha cesado a un gobierno, el Estado español ha decidido ocupar las instituciones catalanas, el president ha huido y se ha encarcelado a un exvicepresident, a siete exconsellers y dos presidentes de asociaciones catalanas. La pregunta no es qué piensa Europa. La pregunta es qué piensa España.

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