luns, 8 de xaneiro de 2018

El próximo ‘Prestige’ será eléctrico

El Parlamento Europeo debate la aprobación de la pesca con electrodos, que provoca descartes de entre el 50% y el 70% de las capturas, frente al 6% de la pesca tradicional

<p>BLOOM</p>

XOSÉ MANUEL PEREIRO
http://ctxt.es/

El próximo día 16 de enero tendrá lugar, con bastante probabilidad, un desastre ecológico de una magnitud considerable. De consecuencias más graves, al menos para el ecosistema marino, que el embarrancamiento de un petrolero como el Prestige, aunque no sea tan aparente. Y, en este caso, demostrará no solo la ineficacia de las autoridades que deberían impedirlo, sino su complicidad manifiesta. El 16 de enero, el Parlamento Europeo votará la derogación de la prohibición de la pesca eléctrica. Ese sistema que practicaban los furtivos más desalmados, introducir un cable eléctrico en un río, al igual que arrojaban explosivos o veneno, es más o menos el que le presentan para su aprobación el próximo martes a sus euroseñorías.

PORQUE YA HAY PESCA ELÉCTRICA, A PESAR DE QUE EN CASI TODO EL MUNDO SE RECONOCE COMO UNA TÉCNICA DESTRUCTIVA Y LA HAN PROHIBIDO

Obviamente, el método es algo más sofisticado, y es un paso más en una técnica ya de por sí poco respetuosa con el medio marino, el arrastre de fondo. Como su nombre indica, este sistema pesquero consiste en arrastrar las redes por el fondo, pero como hay peces que tienen el nefasto instinto de supervivencia y su naturaleza les permite ocultarse en el fango marino, los bordes de las redes están dotados de unos electrodos que transmiten corrientes eléctricas y convulsionan a los organismos marinos, obligándolos a abandonar su refugio en el sedimento. La consecuencia es que las capturas son mayores, pero también mucho más indiscriminadas. Curiosamente ese, el de los descartes ―que un barco solo capture aquella especie para la que está autorizado, y deseche las demás―, es uno de los caballos de batalla de la política pesquera europea. La pesca artesanal produce alrededor de un 6% de descartes (capturas fuera de cuota o sin valor), la pesca eléctrica, entre el 50% y el 70% de todo lo que coge.

Porque ya hay pesca eléctrica, a pesar de que en casi todo el mundo –incluido China, con Rusia, Noruega y Japón, los campeones de la pesca industrial– se reconoce como una técnica destructiva y la han prohibido. En la Unión Europea lo estaba, junto con los explosivos o el veneno, desde 1998, pero en diciembre de 2006, la Comisión Europea propuso la concesión de derogaciones a los estados Miembros y el Consejo de la UE la adoptó inmediatamente, con carácter “experimental” y “provisional”. “El Reglamento resultante justificaba esta decisión refiriéndose a una supuesta recomendación científica favorable a que la pesca de arrastre con pulsos eléctricos debería permitirse”, aseguran las organizaciones ecologistas y de pesca artesanal que se oponen a la propuesta.
Lenguado ulcerado por un electrodo / Foto: Poissonniers de France

Una de ellas, Bloom, logró encontrar entre el fárrago burocrático comunitario el informe del STECF (siglas en inglés del Comité científico, técnico y económico de pesca de la Comisión Europea, es el órgano de la Comisión Europea que tiene como misión ayudar a la puesta en práctica de la Política Pesquera Común de la UE). En él descubrió que, un mes antes de la resolución del Consejo, el STECF alertaba de “una serie de cuestiones que debían resolverse antes de conceder cualquier derogación”. Es decir, el órgano científico de la Comisión Europea nunca aprobó dichas derogaciones, e incluso recomendaba explícitamente a la Comisión no conceder ninguna, pero sus conclusiones sirvieron para lo contrario. Una decisión que Bloom y otras organizaciones como LIFE atribuyen a la presión de los lobbies pesqueros de Holanda.
Desde luego, ellos fueron los grandes beneficiarios de aquella decisión de la Comisión Europea. No solo por retirar la prohibición, sino que, al considerar la pesca eléctrica como un método “experimental” e “innovador” (por mucho que lo viniesen utilizando los furtivos menos escrupulosos de toda Europa), la industria pesquera holandesa ha accedido a millones de euros de fondos públicos para dotar su flota con equipamiento de electrodos. Holanda no ha hecho públicas las subvenciones otorgadas en el periodo de 2007 a 2015, pero, según las estimaciones de Bloom, tan solo desde agosto de 2015 hasta la actualidad ha concedido al menos 5,7 millones de euros, de los que 3,8 millones correspondían a fondos europeos, bajo los epígrafes de “investigación”, “innovación” y “mejores prácticas”. La organización ambientalista asegura que el Gobierno de Holanda ha asignado también licencias más allá del límite legal. Bloom y organizaciones de pesca artesanal de Alemania, Francia y Reino Unido han puesto en marcha una campaña ciudadana para exigir a los europarlamentarios que se opongan a la propuesta.

Mientras las flotas más o menos artesanales están bajo permanente vigilancia de cuotas, caladeros y descartes, según los informes del STECF, si el 16 se aprueba el fin de la prohibición, y las flotas de China o Rusia toman nota, el verbo esquilmar se va a quedar corto.

Ningún comentario:

Publicar un comentario