xoves, 15 de febreiro de 2018

Las pensiones que ya no serán



Pablo M. Testa
http://iniciativadebate.net/

Vivimos tiempos de cambio distópico en muchos aspectos y en tiempos de sobreactuación sin mesura de los sectores más reaccionarios del Reino. Desde la llamada de atención de la prensa más conservadora y marcadamente españolista haciéndose eco de la cooficialidad de la lengua asturiana (ABC, Antena3, El Mundo…) como un elemento de discordia, sin seguimiento o fuera de lugar, cuando es una cuestión de derechos lingüísticos que se remonta como reivindicación a los años preconstitucionales; hasta el destrozo de uno de los pilares de nuestra sociedad, Las Pensiones: el discurso de retroceso y desmantelamiento de derechos sigue su, aparentemente, irremediable curso.
Las Pensiones han sido argumento recurrente. De la misma manera que el PP de Aznar se presentó a las elecciones diciendo que representaba el partido de la limpieza frente a la corrupción del PSOE de Felipe González; en las pensiones algo así también parecía suceder. Las Pensiones siempre estaban en riesgo, un riesgo que solo el PP podría amortiguar tras el supuesto o no, despilfarro del PSOE. Bueno, en ese dilema llevamos de turnismo y afán acusatorio desde el origen del Traspaso -lo de Transición… me da casi repelús en estos tiempos que corren-.
Así, los llamados hijos e hijas de la Democracia, salvo excepciones, tendrán que conformarse, si eso, con una No Contributiva; quedarse sin pensión, o apostar por privatizar su vejez. El negocio, es el negocio.
Básicamente el Sistema de Pensiones se basa en las cotizaciones a la Seguridad Social aportadas durante la Vida Laboral de las personas que pueden o se las permite trabajar, por lo que aquellas personas que no tengan años suficientes cotizados se quedarán sin pensión, o con una pensión tan ridícula que llamarlo de tal manera casi será un sacrilegio.
Contrasta mucho esta situación con la que viven aquellos que, precisamente, de una u otra manera son responsables de que el Sistema de Pensiones haya sido dilapidado. En julio del 2016 EuropaPress se hacía eco del caso de Patxi López “El Breve” tras pasar por la Presidencia transitoria del Congreso: “El ya expresidente del Congreso Patxi López tiene derecho a cobrar un total de 77.000 euros -11.000€ al mes durante siete meses- en concepto de pensión indemnizatoria por haber ejercido como tercera autoridad del Estado durante siete meses”. Aun no teniendo nada que ver los tipos de retribución que se cobran o perciben, llama la atención la facilidad que tienen algunos entes para hacer fluir capital hacia sí. ¿Quién, habiendo trabajado siete meses, percibe 77.000€? El caso de las Pensiones Vitalicias que sería el punto más extrapolable, también llaman la atención, sobretodo, habiendo escuchado las barbaridades que Celia Villalobos ha soltado por su estupenda y candy boca. La prensa las llama “pensiones de oro” que ya, como término, hace hervir la sangre.
Durante la Reforma de las Pensiones de Rodríguez Zapatero la prensa se hizo eco de la contradicción: Una Reforma que pretendía subir la edad de jubilación a los 67 años y se rebajaba el poder adquisitivo de los y las pensionistas de a pie; mientras que los cargos públicos podían retirarse con la Pensión Máxima, únicamente con 7 años trabajados.
De la misma manera que el PP nos vende que hay que trabajar hasta los 80 -By Celia Villalobos-, más horas, y sin pensión garantizada; nuestras señorías y más altas Instituciones -lo de la Monarquía es caso aparte-, pueden envejecer tranquilas.
Tanto PP como Ciudadanos rechazaron una subida, por cierto ridícula, de las pensiones buscando su equiparación con el IPC en diciembre del 2016. Curiosamente Albert Rivera tiempo atrás argumentaba que había que regresar al Pacto de Toledo para que las pensiones volvieran a equipararse con el Índice de Precios de Consumo, sin embargo, y como de costumbre, su política es “muletera” y de sostén, de cierto lavado de cara; de cierta novedad pero políticamente siendo lo mismo que hemos vivido en estos años. Y así se ha comportado el partido naranja apoyando al PSOE de Susana Díaz en Andalucía o al PP madrileño de Cristina Cifuentes. Así, vemos como las políticas sociales, redistributivas, progresivas y de cambio son frenadas por PP y Ciudadanos, cuando no con el silencio/abstención cómplice del PSOE.
La Pensión como tal ha sido uno de los elementos que más han preocupado a nuestras generaciones, y que más debieran seguir preocupando. La amenaza de que las pensiones correrán peligro ha hecho virar votos, apoyos y encuestas en algunos momentos críticos; pero hoy más que nunca se encuentran en riesgo doble: Por un lado, porque la juventud no tiene opciones laborales, o las que encuentran son nefastas, temporales y precarias, por lo que la cotización a las arcas públicas se demuestra insuficiente; mientras que por el otro, porque el PP ha dilapidado la caja de las pensiones. Se estima que en la Seguridad Social existe un déficit de unos 15.000 millones de euros y un remanente de tan solo 8.000 millones de euros. Y al mismo tiempo, nuestro “amado” Presidente del Gobierno, con Cospedal a la cabeza, ha concedido a Trump una subida del gasto militar para 2025 que llegue al 2% del PIB, la mayor subida desde el Franquismo.
Así que… hagan ustedes su propio cálculo.

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